La mariscada
No tengo muy claro cómo germinó la idea en mi cabeza, pero quería llegar a la costa para pegarme una mariscada épica. Llegamos a Essaouira una tarde buscando sitio para acampar. Un vigilante de un parking nos ofreció un apartamento, y tras algo más de una hora de búsqueda del camping y descubrir que era un recinto de cemento y piedras con baños con huellas de pisadas marrones, alquilamos la habitación. Pero para culminar el día de gastos a todo trapo, mi mente seguía dibujando una langosta del tamaño de un cerdo.
Por la tarde llegamos a unos puestos de marisco. No sé cómo describir mi impresión, pero aquello no era Galicia. Es posible que mi amor por el norte de España y su comida, crease unas ilusiones excesivas. En cualquier caso no nos íbamos a ir sin probar un pez, una gamba o un algo. Por la tarde hicimos tiempo paseando por el puerto. Eso sí que tenía magia. De repente Essaouira se había transformado en un mar de barcos.
![barcas en el puerto](https://www.desdelamoto.com/assets/images/diario/marruecos-32.jpg)
![atardecer](https://www.desdelamoto.com/assets/images/diario/marruecos-28.jpg)
Al anochecer nos recomendaron ir a Chez Sam, un restaurante que se encontraba escondido al final del puerto.
![restaurante](https://www.desdelamoto.com/assets/images/diario/marruecos-29.jpg)
Aquí comenzaba una velada increíble. Fue abrir la puerta y ver la foto de Hendrix en el hall mientras sonaba un tema de jazz creado expresamente para ese instante.
![Jimi Hendrix](https://www.desdelamoto.com/assets/images/diario/hendrix.jpg)
No hay nada como la música para convencerme. Y la noche fue a más, Miles Davis no paraba. ¿Qué faltaba? Pues faltaba algo de alcohol, pero por suerte aquí tenían vino y cerveza.
El marisco llegó. No era una langosta, no eran unos langostinos. No eran gambas. Pero estaba buenísimo. Con buen ambiente hasta unas pipas te dejan buen sabor de boca.
![marisco](https://www.desdelamoto.com/assets/images/diario/marisco.jpg)
Como último detalle, el camarero dejaba las sobras de los platos en una ventana a la que llegaba una gaviota rechoncha. Este lugar me dejó la sensación de que volvería pasados muchos años y espero que así sea.