Entrando en el Kurdistán iraní
Para cruzar la frontera de Irán habíamos quedado con otro viajero español en Van (una ciudad al este de Turquía). Este motero es Ángel que está viajando de Londres a Australia, pasando por Sevilla. Le conocimos gracias al grupo que habíamos formado para cruzar China, al final nosotros no pudimos seguir con los planes porque se nos iba mucho de presupuesto pero se mantuvo el contacto.
El día antes de cruzar la frontera quedamos con él. No sabíamos que pasaríamos juntos diez días y que se convertiría en un buen amigo al que seguimos de cerca ;)
Ángel nos comentó que estaba en contacto con un grupo de moteros alemanes que también cruzaban el mismo día. No teníamos muy claro si ir con ellos porque nos obligaba a ir hasta la frontera de Sero, mucho más abajo de lo que teníamos en mente nosotros, cruzar por Kapikoy. A las 12 de la noche tras celebrar el cumpleaños de Ángel y tomarnos unas cervezas, nos animamos a bajar y cruzar con ellos. Una decisión que tomamos en el último momento pero que marcó toda nuestra estancia en Irán.
Conocimos a Daniel, Annette y Manfred en la frontera, venían viajando de Alemania a Teherán con una Yamaha, una Ducati Monster y una Triumph Tiger.
Ya nos habían comentado que iban a hacer una ruta por el Kurdistán iraní hasta Teherán y nos invitaron a acompañarlos. Así que tras unos minutos meditándolo nos apuntamos, ¿por qué no? Así nos juntamos las 5 motos. En todo el viaje no habíamos conducido aún con otros viajeros, así que para nosotros fue una experiencia nueva, pero la verdad es que enseguida nos amoldamos los unos a los otros e hicimos un buen equipo, jejeje
Daniel y Annette llevan siete años viviendo en Teherán, saben hablar persa, esto nos fue de gran ayuda en la frontera. Aún así nos llevó 2 horas cruzarla. Una vez en Irán cogimos dirección Urmia y pasamos ahí la noche. A la mañana siguiente comenzó un cambio en el viaje, no sólo por ir en grupo, sino que desde entonces cada vez que parábamos se formaba alrededor nuestro un corro de 20 personas para ver las motos. Y es que en Irán las motos de más de 250 cc están prohibidas, al igual que una mujer conduzca una moto, y esto hacía que llamásemos mucho la atención.
Nos fuimos dirección Baneh donde pasamos la noche. La ruta fue realmente bonita por montaña. Irán tiene un tipo de montaña diferente a lo que conocíamos, predominando el color marrón y el amarillo. Otra cosa que nos llamó mucho la atención fueron las puestas de sol que vimos. Eran realmente bonitas, el sol difuminado entre una bruma. Lo malo es que eso tan bonito es debido a la polución y al polvo que hay.
Cada vez que pasábamos por un pueblo se nos juntaban 2 ó 3 motos con chicos grabándonos. Eran un peligro, no sólo porque estaban más atentos a las motos que al camino, sino que además íbamos a un ritmo alto que seguían al límite sin casco, ni ningún tipo de protección y en muchos casos yendo ¡¡¡3 en una moto!!! Eso sí que es dominar la conducción :D Pero muy peligroso.
El último día en el Kurdistán visitamos las cuevas Karaftoo y el Tajt-e Soleimán. Cerca del Tajt-e Soleimán hicimos acampada libre con Eva, una amiga de Daniel y Annette que vino a vernos con su 4x4. Al día siguiente nos pondríamos de camino a Teherán. No sabíamos lo que nos esperaba…