Últimos kilómetros por Asia

5 minutos de lectura     September 27, 2015

Durante el viaje hemos mantenido un ritmo más bien relajado: dos meses en un sitio, un mes en otro, etc. Pero el último tramo en Asia fue una locura. En menos de tres semanas salía nuestro avión, así que hicimos una lista de tareas parecida a ésta.

  1. Salir de Tailandia.
  2. Pasar una semana en Penang (Malasia) para hacer un freelance.
  3. Ver Cameron Highlands.
  4. Llegar a Kuala Lumpur.
  5. Limpiar la moto para la inspección de la cuarentena australiana.
  6. Contratar la compañía de transporte de la moto > Entregar la moto.
  7. Volar a Australia.
  8. Buscar casa.
  9. Sacar la moto de la aduana australiana.
  10. Buscar un trabajo para mantenernos…
  11. Vivir!

Es difícil describir el caos de esas últimas semanas, al que además se juntó el factor sorpresa, ya que conocimos a muchísima gente por el camino, gente increíble, pero que quería hacer planes que se solapaban con todo lo demás.

Aquí va un resumen de esos días.

En el primer tramo de Tailandia ocurrió algo curioso, paró al lado nuestro un motorista cuando estábamos echando gasolina en mitad de la autopista, y nos dijo: “¿Ayer estuvisteis en Bangkok? Os he visto en internet”. Por lo visto alguien nos hizo esta foto desde el coche mientras cruzábamos Bangkok y la subió a un grupo de Facebook muy seguido por moteros del país.

En moto cerca de Bangkok
Nos hicieron esta foto circulando cerca de Bangkok

Estábamos yendo por una de las autopistas prohibidas para motos. Por mucho que intentamos no meternos nos resulto imposible, cada vez que hemos cogido la moto en Bangkok hemos acabado en estas carreteras. El caso es que las redes sociales en Tailandia funcionan a otro ritmo, de la noche a la mañana nuestra foto se movió por Facebook y así conocimos a Liam y a Pong. Con ellos recorrimos varios kilómetros y quedamos en volver a vernos en un pueblo junto a la frontera de Malasia.

En moto cerca de Bangkok
Nos hicieron esta foto circulando cerca de Bangkok

También tuvimos la oportunidad de recorrer unos kilómetros con un grupo de viajeros de Singapur.

Foto en grupo con viajeros de Singapur

Entre medias también fuimos descubriendo esos lugares con “encanto” que aparecen por el camino. ¿Es un hostal? ¿Un hotel?… mmm… Bueno, es un sitio donde dormir y con eso nos valdrá ;P

En general cuando seguimos las indicaciones del GPS terminamos en los sitios más absurdos del mundo, y en esta ocasión no iba a ser diferente. Cuando todo el mundo te dice que en una ciudad no hay ningún sitio por menos de 15€ y encuentras uno por 5€, sabes que empieza una noche especial.

Habitación del hotel
Cuando cae la noche y aparecen las sombras.
Grifo
Grifo del hotel con cañería directa al suelo, un clásico del viaje :D

Estas fotos son de sitio donde pasamos la noche en Ratchaburi. Ha sido uno de los lugares más tenebroso donde hemos dormido. Ya desde fuera el sitio parecía abandonado. La sorpresa vino cuando llegamos a la recepción y nos encontramos con una familia cenando ¿con un perro encima de la mesa? Sí, con un perro encima de la mesa que cenaba con ellos. El ‘hotel’, aunque no lo pareciese, estaba abierto. Ni luces, ni carteles, ni nada. A medida que subimos a la habitación, nuestras caras fueron cambiando. Bicicletas estáticas de hacia medio siglo en los pasillos, habitaciones que nos recordaban a las aulas del S-21 de Camboya (realmente terrorífico), etc. Pero el caso era que se estaba haciendo de noche, no teníamos donde dormir y el lugar era muy económico (tenemos que reconocer que estábamos muy agobiados con el precio del envió de la moto, así que todo lo que pudiésemos ahorrar lo aprovechábamos). Así que nos quedamos a dormir. Cuando nos sentamos en la cama sonó una especie de chillido de animal que nos paró el corazón, una de las patas de hierro se medio doblaba y arrastraba con este sonido tan agradable. Era como estar en un edificio abandonado, pero por lo menos tenía agua y electricidad. Pero lo cierto es que estas situaciones nos hacen mucha gracia, somos unos anormales :D

Cama del hotel
Tabla con patas y 1cm de colchón… nos vale!!

Cruzamos a Malasia. Allí también conocimos a un amigo genial, Azmicck. De esas personas que simplemente aparecen y te ayudan con todo. Nos vio hablando por Skype con la empresa que enviaba la moto y nos ofreció su teléfono para llamar. Ese mismo día nos acompañó a comprar una tarjeta de teléfono a su nombre, después nos invitó a comer, hasta nos ofreció dinero por si estábamos muy justos!! Nosotros intentábamos invitarle cuando se despistaba pero no era nada fácil. Volvimos a coincidir con él en Penang, donde nos presentó a su familia.

Despidida con Azmicck
Despedida con Azmicck

Mientras tanto, Javi estaba con un freelance, hacíamos algunas rutas para ver Malasia e intentábamos aclarar (sin éxito) cuánto costaba el envío de la moto.

Panorámica de los caminos por Penang
Panorámica de los caminos por Penang. Paisajes de ensueño.

En Penang aprendimos lo que eran las tormentas. Llevábamos una semana con lluvias fuertes, pero allí nos cayeron las mayores tormentas del viaje, ¡y vaya monstruos! Somos unos acojonados con los rayos, nos han caído algunos muy muy cerca. Pero en Penang nos tenían hipnotizados, podíamos estar bajo la lluvia con rayos y truenos por todos los lados que manteníamos la cámara hacia esa masa eléctrica durante un buen rato. Era terrorífico y precioso al mismo tiempo :)

Tormenta Penang

La última parada interesante fue en Cameron Higlands. Un sitio de montaña con plantaciones de té, un paraíso.

Cameron Higlands
Montañas de Cameron Higlands.

Sabíamos que era la última ruta por placer que hacíamos en Asia. Un poco nostálgicos, un poco histéricos porque faltaban una semana para entregar la moto, cambiar de vida y sin tener muy claro cómo saldría todo.

Cameron Higlands
Se acerca el final, mezcla de emociones y a disfrutar cada camino, cada segundo.

Estas son las sensaciones que hacen bombear el corazón con fuerza, que te hacen sentir más vivo que nunca disfrutando el momento.

Cameron Higlands

Dejamos para el siguiente post el caos infernal de Kuala Lumpur y explicaremos por qué definitivamente tenemos una F800GS ADVENTURE!!! Sí, la moto siempre guarda sus pequeñas dosis de adrenalina.